LA EDUCACIÓN DESDE LA COMUNICACIÓN:
UN RESUMEN-REFLEXIÓN DEL TEXTO DE JESÚS
MARTÍN-BARBERO (1).
Por
DR. DANIEL ZARATE GARCIA
Estamos
ante una nueva era que pone en crisis estructuras económicas, políticas y
culturales, pero el cambio mas significativo de la Naturaleza Humana
radica en profesar símbolos como fuerza
productiva (modos de circular el saber).
Esta
nueva era ha quedado definida por la tecnología que remite modos de percepción
y de lenguaje, a nuevas sensibilidades y escrituras, lo que da un nuevo proceso
simbólico y da como resultado nuevas
formas de producción y distribución de los bienes y servicios.
El
desarrollo en la actualidad esta ligado a la innovación, adjunto al crecimiento
económico social y político. La
tecnología (como objeto de innovación) permite romper con paradigmas
establecido en la comunicación y educación
ya que modificando tanto el estatuto cognitivo (proceso de generar el
conocimiento) como institucional (lugar y tiempos) de las condiciones del
saber, y conduciendo a un fuerte emborronamiento de las fronteras entre razón e
imaginación, saber e información, naturaleza y artificio, arte y ciencia, saber
experto y experiencia profana.
Con
la innovación tecnológica existen cambios significativos de los modos de
circulación y producción del saber, pero a la vez plaga de dispersión y
fragmentación. El saber se dispersa principalmente por las características de
la fuente de información, el libro,
anteriormente esta información estaba
estructurada, compilada de manera física y otras fuentes serias eran impensables,
actualmente la información encontrada en la red, es mucha, variada y en mayoría de los casos poco objetiva(mas
dispersa). También existen choque entre
el situación del saber que se otorga en las escuelas, con el otorgado por las
nuevas tecnologías, por un lado en la
escuela la estructura formal, rígida y
arcaica aburre a los individuos, que fuera de las paredes de la institución
pueden tener acceso a placer en una realidad mosaico.
Por
otro lado el saber se fragmenta por que se torna a una des-temporalización cuando el aprendizaje
escapa también a las demarcaciones sociales que estatuían su tiempo en el común
de la gente, esto es que ahora el saber no puede esperar si alguien lo quiere
tener, ahora la escuela tiene que convivir con saberes-sin-lugar-propio, sino
porque incluso los saberes que se enseñan en ella se hallan atravesados por
saberes del entorno tecno-comunicativo regidos por otras modalidades y ritmos
de aprendizaje que los distancian del modelo de comunicación escolar.
La
divulgación científica en medios modernos
disminuye la barrera que alzó el
positivismo entre la ciencia y la información, pues ciertamente no son el mismo
tipo de saber pero tampoco son ya tan nítidamente lo opuesto en todos los
sentidos.
Las
tecnologías ahora tienen una hipertextualidad que, desde alguna parte del
comic, del videoclip publicitario o musical, que plaga los medios de comunicación y que los
profesionales a quienes tradicionalmente hemos llamado investigadores sociales
de la emergente categoría de los analistas simbólicos. Su antiguo rol la
producción de conocimientos para ser usados por terceros, está cambiando
rápidamente. Pero quizá el cambio más desconcertante para el racionalismo, con
el que se identificó la primera modernidad, sea el que introduce el nuevo
estatuto cognitivo de la imagen. Es justamente en el cruce de los dispositivos
señalados por Foucault -la economía discursiva y la operatividad lógica- donde
se sitúa la nueva discursividad constitutiva de la visualidad y la nueva
identidad lógico-numérica de la imagen, por lo que el computador no es un
instrumento con el que se producen objetos, sino un nuevo tipo de tecnicidad
que posibilita el procesamiento de informaciones, y cuya materia prima son
abstracciones y símbolos.
Símbolos
discusivo (la lógica) y de lo visible (la forma).
Los
procesos de simbolismo se pueden entender en dos momentos. Uno, el que prosigue
y radicaliza el proyecto de la ciencia moderna -Galileo, Newton- de traducir /
sustituir el mundo cualitativo de las percepciones sensibles por la
cuantificación y la abstracción lógico-numérica; y dos, el que reincorpora al proceso
científico el valor informativo de lo sensible y lo visible.
Entonces
la imagen es percibida por la nueva episteme como posibilidad de
experimentación/ simulación que potencia la velocidad del cálculo y permite
inéditos juegos de interfaz, de arquitecturas de lenguajes.
Aunque
pareciera que la cultura oral (comunicación oral para culturizar), se ha dejado
de lado en las nuevas tecnologías, más bien ha evolucionado, pues es utilizado
en los formatos de cuentos de miedo y de violencia que desde el campo se han
desplazado a la ciudad -vía la narración autobiográfica de los millones de
desplazados, pero también del refrán, del chisme y el chiste-; la de los
relatos de la radio, el cine y la televisión; y la de la música popular que va
–en el caso de Colombia- del vallenato y la salsa al rap pasando en ambos
tránsitos por el rock. Las gentes que gustan de la telenovela disfrutan mucho
más el acto de contarla que el de verla, pues es en ese relato donde se hace
“realidad”. Lo que todo eso muestra es que estamos ante desconcertantes
hibridaciones narrativas que pertenecen no sólo a las voces de los desplazados
y los emigrantes sino a las de esos nuevos nómadas urbanos que se movilizan
entre el adentro y el afuera de la ciudad montados en las canciones y sonidos
de los grupos de rock y de rap entre las pandillas y los parches de los barrios
de la periferia, relatos en los que estalla una conciencia dura de la
descomposición de la ciudad, de la presencia cotidiana de la violencia en las
calles, de la sin salida laboral, de la exasperación y lo macabro.
La
publicidad va a conectar entonces dos discursos: el de la prensa que ensambla
lo privado en lo público a través del debate entre ideologías y la lucha por la
hegemonía cultural; y el de la propaganda comercial que trasviste de interés
público las intenciones y los intereses privados.
La
experiencia audiovisual en el ámbito de las transformaciones de las que emerge
el sensorium moderno, y cuyas claves se hallan en los secretos parentescos del
cine con la ciudad moderna. En adelante los relatos, la mayoría de ellos, sobrevivirán
inscritos en el ecosistema discursivo de los medios y colonizados por la
racionalidad operativa del saber tecnológico.
La
gramática de construcción de los nuevos relatos se alimenta del zapping y
desemboca en el hipertexto, lo que implica un doble y muy distinto movimiento
que la reflexión crítica tiende a confundir anulando las contradicciones que
los ligan.
Estaríamos
acercándonos al final del recorrido que W. Benjamin vislumbró al leer en el
declive del relato la progresiva incapacidad de los hombres para compartir
experiencias.
“La
línea de cultura se ha quebrado, y también lo ha hecho con ella el orden temporal
sucesivo. La simultaneidad y la mezcla han ganado la partida: los canales se
intercambian, las manifestaciones cultas, la populares y las de masas dialogan
y no lo hacen en régimen de sucesión, sino bajo la forma de un cruce que acaba
por tornarlas inextricables”.
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1.- Barbero, J.M. (2002).La educación desde la comunicación (http://www.eduteka.org/pdfdir/SaberNarrar.pdf). México, NORMA.
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