SEIS SOMBREROS PARA LA SALUD: Un
herramienta de análisis lateral y sus posibilidades en la ciencia medica.
Por: Dr. Daniel Zárate García.
La ciencia medica, se sustenta en
conocimientos basados en procesos muy científicos, ya que requiere de esta especificidad para lograr un bien, que en este caso es
restituir la salud fisiológica, y como lo fisiológico es hasta cierto punto
medible, de allí que se requiera de un método similar para este fin. Pero, ¿Qué
pasa? cuando la ciencia medica
evoluciona a ser vista como una ciencia
de salud, aquí es donde el componente fisiológico queda rebasado y es donde se
deben de considerar las características mentales y sociales
del individuo.
Por lo tanto si queremos aplicar
el pensamiento vertical al aspecto de la mente y sociedad, estaremos dejando atrás una serie de
consideraciones, que hacen que los
proyectos no tengan un impacto esperado.
Todos hemos estado en algún momento de nuestra vida profesional ante la
frustración de no poder integrar en una intervención de salud, una serie de
elementos de diferentes disciplinas sociales, esta dificultad de pensamiento es
la confusión. Intentamos hacer demasiado al mismo tiempo. Las emociones, la
información, la lógica, la esperanza y la creatividad nos agobian.
Para esto necesitamos separar la
lógica de la emoción, la creatividad de la información y así sucesivamente.
Los seis "SOMBREROS PARA
PENSAR" nos permiten conducir nuestro pensamiento, tal como un director
podría dirigir su orquesta. Las emociones coincidirán con los movimientos a su
debido tiempo.
Si retomamos la idea de cuando
estamos en una mesa redonda de expertos y que están delimitando las
intervenciones a una población definida, tendremos que cada uno y para cada
uno será su disciplina las mas importante, estoces como lograr
consensar y lograr un mismo camino que conforme a todos: Bien pues para eso nos
sirven los 6 sombreros, en donde cada uno específica una forma de actuar o
reaccionar ante la vida:
Sombrero Blanco: El blanco es neutro y objetivo. El sombrero blanco
se ocupa de hechos objetivos y de cifras
Sombrero Rojo: El rojo sugiere ira, (ver rojo), furia y emociones.
El sombrero rojo da el punto de vista emocional.
Sombrero Negro: El negro es triste y negativo. El sombrero negro
cubre los aspectos negativos — por qué algo no se puede hacer.
Sombrero Amarillo: El amarillo es alegre y positivo. El sombrero
amarillo es optimista y cubre la esperanza y el pensamiento positivo
Sombrero Verde: El verde es césped, vegetación y crecimiento
fértil, abundante. El sombrero verde indica creatividad e ideas nuevas.
Sombrero Azul: El azul es frío, y es también el color del cielo,
que está por encima de todo. El sombrero azul se ocupa del control y la
organización del proceso del pensamiento. También del uso de los otros
sombreros.
En términos gerenciales al
explorar los problemas o sus soluciones desde diferentes puntos de vista
establece estructuras diferentes a las
que ya identificábamos como inmovibles, entonces esta herramienta más que darnos un
solo rol no dice que podemos avanzar aún
más si descomponemos este amplio rol en partes más específicas. El pensamiento
comienza ahora a fluir de los papeles representados y no de tu ego. De este
modo se trazan los mapas. Así, finalmente, el ego puede elegir la ruta que
prefiera.
¿PERO CÓMO LOGRAN ESTOS SEIS
SOMBREROS UN NUEVO PENSAMIENTO?
El primer valor de los seis
"sombreros para pensar" es el de la representación de un papel
definido. La principal restricción del pensamiento son las defensas del ego
responsables de la mayoría de los errores prácticos del pensar.
El segundo valor es el de dirigir
la atención. Si pretendemos que nuestro pensamiento no sólo sea reactivo,
debemos hallar un modo de dirigir la atención a un aspecto después de otro.
El tercer valor es el de la
conveniencia. El simbolismo de los seis distintos sombreros ofrece un modo
conveniente de pedir a alguien (incluso a ti mismo)
El cuarto valor es la posible
base en química cerebral, que expuse a grandes rasgos en el capítulo anterior.
El quinto valor surge de
establecer las reglas del juego. La gente es muy buena para aprender las reglas
del juego.
El sexto y último valor,
establece la organización del pensamiento y del uso de los sombreros.
¿PERO ES NECESARIO APRENDER A PENSAR
O SOLO A REACCIONAR?
Los escolares se preocupan mucho
de reaccionar frente a lo que se le presenta: material bibliográfico,
comentarios de los maestros, series de TV, etc. Pero tan pronto como el joven
termina la escuela, deberá hacer mucho más que sólo reaccionar. Necesita
iniciativa, planes y acción. Y no obtendrá esto a partir del pensamiento
reactivo.
El término operatividad "pensar actuante". Es la habilidad
para hacer —y el pensamiento que implica. La palabra operatividad debe ser
paralela al "alfabetismo" (la capacidad para leer y escribir) y a la
"capacidad numérica" (la capacidad para usar números); la
operatividad debería ser un ingrediente básico de la educación, en un pie de
igualdad con la capacidad para leer, escribir y usar los números.
El mayor enemigo del pensamiento
es la complejidad, porque conduce a la confusión.
El concepto de los seis sombreros
para pensar tiene dos propósitos centrales. El primero es simplificar el
pensamiento, permitiendo que el pensador trate una cosa después de otra. En vez
de hacerse cargo al mismo tiempo de las emociones, la lógica, la información,
la esperanza y la creatividad, el pensador puede encararlas por separado. En
vez de valerse de la lógica para disimular a medias, una emoción, el pensador
puede llevar dicha emoción a la superficie mediante el sombrero rojo y sin necesidad
de justificarla.
Obviamente, el lenguaje consigue
utilidad máxima si todos los miembros de una organización están al tanto de las
reglas de juego. El concepto funciona mejor cuando se convierte en una especie
de lenguaje común en cada un de los participantes de análisis de un tema.
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